El legado de las dunas by Kristel Ralston

El legado de las dunas by Kristel Ralston

autor:Kristel Ralston [Ralston, Kristel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 2024-01-22T00:00:00+00:00


CAPÍTULO 15

Arienne enterró los dedos entre los cabellos de Zarik, sujetándole la cabeza con firmeza, mientras sus bocas se asaltaban mutuamente. Estaba abrumada por la fuerza del beso, pero pronto esa sensación se convirtió en un gemido. Un gemido que para Zarik era uno de sus sonidos favoritos desde que los emitía la mujer que estaba entre sus brazos. Tres días sin besarla y este era el resultado: hambre voraz.

La quería toda; pieza por pieza, suya, entera, en este instante. Que otro hombre la tocara mínimamente, que lograra obtener sus sonrisas y desenfado, lo había cabreado en unos niveles insoportables. Los labios de ella eran suaves, cálidos y llenos; podía perderse con tan solo besarlos y mordisquearlos, tal como estaba haciendo ahora. Sus lenguas danzaron, tentándose, retándose y rindiéndose a la conquista. Zarik le arrancó la capa del vestido y esta cayó a los pies de Arienne con facilidad. Él no pidió disculpas por haber roto parte del atuendo, y ella no protestó. Continuaban demasiado vestidos para el gusto el otro, pero no actuaban en consecuencia, aún.

Zarik tenía una dolorosa erección pulsando contra sus pantalones. Sin embargo, retrasó lo que necesitaba hacer con Arienne, porque la urgencia de beber de esa boca era su prioridad. Sus manos acomodaron la cabeza de cabellos rubios para profundizar más la conexión con ella, porque nada le parecía suficiente. Quería más.

Arienne contoneaba las caderas, consciente de que esos movimientos creaban fricción contra el miembro viril y al mismo tiempo estimulaba su propio sexo, tan húmedo, creando una delirante sensación de anticipación. La fuerza del deseo era tan potente como una tormenta de arena que se levantaba furiosa y era capaz de arrasarlos. Las manos de Zarik le acariciaron los pechos, sobre la tela del vestido, con movimientos que parecían pensados para enloquecerla. El calor que de él emanaba era confortable, protector y altamente sexual. Ella deseaba volver a mirar ese formidable cuerpo musculoso, desnudo. Esta vez su intención era acariciarlo, mordisquearlo como él hizo con ella en el avión; quería atreverse a probarlo con su boca y explorar esa parte de su anatomía que le parecía virilmente perfecta. Arienne quería sentir sus pieles frotándose, estimulándose, hasta que todo explotara en partículas de éxtasis.

Todas estas sensaciones eran nuevas para ella. Ningún beso podría compararse a los que compartía con el príncipe. Lo que existía entre ambos era una pasión ilícita, al margen de las normas, rompiendo los esquemas de las posibilidades entre dos personas que no podrían estar juntos de otro modo que no fuese este: a escondidas, en secreto, en privado. Quizá esos factores convertían este interludio, así como los previos, en uno muy estimulante. Arienne era una mujer que seguía las reglas, así como Zarik, pero, al parecer, solo bastaba reconocer la eléctrica atracción sexual que se cocía entre los dos para reescribir el manual a conveniencia. Para romper las reglas.

Sin embargo, las normas no tenían importancia. Aún no establecían ningún pacto en concreto. Este beso estaba en la línea entre lo ilícito y lo permitido; pero era una zona gris.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.